Miedos y fobias
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¿Qué entendemos por miedos y fobias en la infancia y la adolescencia?
Al igual que ocurre con los adultos, los miedos en los niños son una respuesta adaptativa que forma parte del desarrollo normal. Tienen que ver con momentos evolutivos concretos, en los que pueden necesitar que el adulto esté más presente para poder seguir creciendo. Por ejemplo, es muy habitual que los niños tengan terrores nocturnos en torno a los 3, 4 o 5 años, y no se trata de un problema, sino de un proceso madurativo normal.
¿Cuándo empieza a ser un problema?
En algunas ocasiones, estos miedos pueden volverse excesivos, provocar un gran sufrimiento en los niños y en la familia, e incluso limitar sus actividades diarias. Es en esos momentos en los que la ayuda de un profesional puede mejorar la situación y apoyar a la familia para superar esta dificultad.
Con la entrada en la adolescencia pueden aparecer miedos que ya se habían superado, unidos a otras preocupaciones acerca de la identidad, las relaciones sociales, la pertenencia a un grupo, etc.
¿En qué consiste la terapia psicológica para miedos y fobias con niños?
En primer lugar, se trata de identificar si estos miedos son propios de la edad del niño, y por lo tanto forman parte de un proceso madurativo normal que habrá que acompañar para que no se cronifique.
En caso contrario, se trata de entender el origen de esos miedos, el sentido que tienen para este niño en este momento, y ayudarle a desarrollar estrategias con las que pueda hacerles frente. El trabajo se realiza de manera conjunta con los padres, ayudándoles a crear estrategias que apoyen el proceso del niño.
En el caso de los adolescentes, la terapia psicológica consiste en ayudarles a expresar las preocupaciones propias de su momento vital, y a construir una imagen más sólida de sí mismos que les permita relacionarse con el entorno con mucho menos sufrimiento.