Adicciones en menores
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¿Qué entendemos por adicciones en niños y adolescentes?
Al igual que ocurre con los adultos, en ocasiones nuestros hijos e hijas pueden buscar una satisfacción inmediata a través de distintas actividades que realizan de forma compulsiva, y pueden experimentar sentimientos de angustia, frustración y miedo cuando se ven obligados a interrumpirlas. Esto implica que dejan de lado cualquier otra actividad que no sea la que les gusta, y les aísla de su entorno social y familiar. Es el caso, por ejemplo, de la adicción a nuevas tecnologías, videojuegos, o redes sociales, consumo de sustancias estupefacientes, etc.
¿Cuándo una conducta adictiva requiere ayuda profesional?
Entendemos que existe un problema cuando la necesidad para llevar a cabo una conducta adictiva es mayor que la capacidad para autorregularse. En el caso de los menores y adolescentes, esto les convierte en una población especialmente vulnerable ya que están en proceso de aprender a autorregularse, tanto en sus conductas, como sus emociones. Cuando una persona no consigue experimentar satisfacción con nada más y sólo piensa en la adicción, esto puede suponer un importante deterioro de varias áreas de su vida como son los estudios, las relaciones sociales y familiares. A la hora de intentar frenar esta conducta, se dan unos niveles de frustración tan altos que pueden llegar a aparecer conductas problemáticas, como fuertes discusiones, mentiras o peleas con los adultos, síntomas de ansiedad, abandono de otras actividades que antes les resultaban placenteras, o incapacidad para dejar de usar el móvil/jugar a videojuegos, etc.
¿En qué consiste la terapia psicológica para las adicciones?
Entendemos que, en muchas ocasiones, la adicción es una forma de atenuar la angustia que producen otras situaciones, como por ejemplo, las interacciones sociales con otros niños o adolescentes.
Por lo tanto, la primera tarea de la terapia consiste en acompañar al paciente para que pueda identificar cuáles son esos elementos que le producen angustia, y que puede estar intentando manejar mediante la conducta adictiva.
El trabajo terapéutico continúa con el objetivo de ayudar al niño o adolescente a encontrar otras formas de afrontar sus miedos y preocupaciones. Se trata de que pueda hacerles frente sin necesidad de recurrir continuamente a las conductas adictivas de evitación que, paradójicamente, también le producen mucho sufrimiento al no poder interrumpirlas cuando quiera.